Balmaceda es un estudio de diseño que se dedica a la fabricación de tapetes personalizados en tamaños, formas, colores y fibras. Trabajamos con una gran variedad de nudos y técnicas para lograr nuestros acabados y calidades. Cada uno de nuestros tapetes es tejido por manos de expertos artesanos, cuyas habilidades y talentos se han transmitido de generación en generación.

La selección de colores, fibras y anudados son definidas de acuerdo a las necesidades de cada proyecto. Cada tapete es único en su proceso y se complementa con una representación digital que visualiza las características descritas anteriormente.

Este proceso es realizado de manera artesanal, en donde el tejido se trata con una solución fijadora, que es la que absorberá el tinte con el textil. Luego se sumerge el tejido en un baño de tinte. Cada tinte se prepara con agua mineral, un ingrediente que favorece la obtención de los colores precisos y duraderos. Contamos con una extensa cantidad de colores para crear la combinación perfecta en cualquier tipo de fibra.

Para eliminar cualquier exceso de tinte, se realiza un segundo lavado, Después de este proceso las fibras se secan al sol. Estas fibras quedan entonces listas para preparar madejas y ser enviadas a los tejedores.

Los tapetes tibetanos se tejen con un nudo especial, muy diferente a la técnica turca y persa en las cuales cada nudo se ata de manera individual y después se corta. En la técnica tibetana cada nudo está formado por el anterior y el siguiente, una línea puede continuar tanto como se desee.

Durante la fabricación de una alfombra el tejedor corta el hilo un poco más largo de lo que se necesita para el producto final. Cuando se teje el tapete, el hilo del pelo tiene una longitud diferente y esta da una impresión suave, esponjosa y difusa. Con el fin de dar a el tapete una superficie plana y agradable para conseguir un patrón claro y nítido, es necesario pulirlo con un rasurado de estos hilos. El pelo se cortaba con unas tijeras, un cuchillo y un peine, este trabajo requiere una precisión extrema y un solo error podría arruinar las numerosas horas de trabajo del tejedor.

Una vez que el tapete es terminado pasa por un proceso de lavado realizado manualmente con personal calificado y productos biodegradables especializados, resaltando de esta manera sus colores originales.

Una vez que el artesano ha tejido completamente el tapete, se lava y se amasa en el suelo para estirar las fibras y lograr la forma y tamaño deseado. A esto le sigue un proceso de quemado, en el cual se sellan todas las fibras para aumentar la vida útil del tapete.

Los tapetes de la india son mágicos. Su historia es milenaria y se ha convertido en símbolo de arte y tradición ancestral oriental. Sus coloridos diseños que han pasado de generación en generación se han encargado de recrear la cultura hindú desde principios del siglo XVII.

Las casas tejedoras en Nepal son dirigidas por la segunda generación de refugiados tibetanos que huyeron de la invasión china en 1959. Nepal es el único país autorizado para importar la lana tibetana.

Aunque en otras áreas artesanales se hayan producido grandes avances tecnológicos, el arte de fabricar alfombras sigue siendo igual que hace más de cien años. El conocimiento se ha transmitido de generación en generación, y el proceso se compone de numerosos pasos de trabajo que requieren las cualificaciones adecuadas.

Nuestro taller promueve aspectos sociales, económicos, ambientales y artísticos. Tenemos contacto directo con nuestros fabricantes y colaboramos en su proceso creativo permitiéndonos procurar y promover sus comunidades, así como su bienestar.

Son tapetes hechos en un tejido plano o sin pelo anudado. ​ Están compuestos de hilos de lana para la trama de la alfombra, normalmente elaborada con algodón o lana. Antiguamente se usaban telares horizontales, apoyados en el suelo. Posteriormente se empezaron a utilizar telares y bastidores de metal, pero aún se siguen viendo telares de madera utilizados en la antigüedad en los talleres de las aldeas.

Consiste en colocar un bastidor de madera o metal ajustado para el tamaño que requiere la pieza final, el cual se coloca frente al tejedor o tejedora con hilos montados de manera vertical, llamados “urdimbres”. La urdimbre puede ser densa, es decir llevar muchos o pocos hilos, todo dependerá del diseño final del tapete a realizar.
El tejido se hace de manera lineal y para poder hacer cada nudo, se enrolla hilo alrededor de los hilos base y se debe pasar una línea de trama o dos, así se asegura el nudo. El sobrante se va cortando uno por uno para poder dejar la textura de alfombra, el largo y la figura lo determina el tejedor.

Hay dos tipos de nudos: el ghiordes o turkbâf y el senneh, o farsbâf. El turkbâf se usa principalmente en Turquía y en el Cáucaso. El farsbâf (fars significa « persa) » se utiliza sobre todo en Persia.
En el turkbâf, la hebra de lana se enrolla alrededor de dos hilos de la urdimbre, de manera que se forma una espiral cuyas extremidades vuelven a aparecer entre los dos hilos.
En el farsbâf, la hebra de lana forma una única espiral alrededor de uno de los dos hilos de la urdimbre.

El método que se utiliza es un proceso de punción con una pistola semiautomática que a través de una aguja hueca, por la que se pasa el hilo, atraviesa la tela base previamente tensada. El hilo se dispara en ella creando una puntada o bucle por el otro lado de la tela. Estas puntadas de hilo formarán la alfombra y serán tan diferentes como el diseño que se quiera crear, ya que el acabado depende del tipo de pistola, del tamaño de la aguja, de los materiales y, por supuesto, de los colores de la lana utilizada.

El telar de pedal tiene como base una estructura de madera donde con el movimiento de las manos y los pies, se van hilando cada uno de los tejidos de algodón y lana principalmente. Para el uso del telar se precisa hilo previamente urdido que se sujeta al travesaño. Una vez sujetas las hebras cada hilo tiene que pasar por las agujas. Mediante la disposición de las hebras en cada aguja se determina el diseño en la tela que se ejecutará.